Se trata de un método de evaluación y de tratamiento tridimensional de los movimientos y presiones sostenidas en todo el sistema fascial para así eliminar sus restricciones y equilibrar la función corporal alterada. Esta terapia va dirigida a las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor y también al resto de estructuras y vísceras.
La fascia es la forma del tejido conjuntivo que rodea todos los órganos, músculos, huesos, articulaciones, vísceras, y estructuras nerviosas y vasculares en forma tridimensional permitiendo mantenerlos en su correcta posición y funcionamiento así como le da forma al cuerpo. El recorrido de la fascia es continuo, por esta razón, cualquier cambio estructural de la fascia en una determinada parte del cuerpo producirá restricciones en las partes distales. Este cambio estructural de la fascia llamado “disfunción miofascial” puede producirse por diversos traumatismos, entendiéndose como traumatismos no sólo un golpe o caída, sino también intervenciones quirúrgicas, menstruación dolorosa, posturas inadecuadas etc…
La disfunción miofascial no tratada correctamente y a tiempo lleva al paciente a un círculo vicioso de tensión y espasmo muscular, produciendo una disfunción orgánica y dolor. Durante el desarrollo de esta terapia el paciente percibirá una presión suave de las manos del fisioterapeuta que se mantiene fija durante un determinado tiempo, imprescindible para inducir cambios en el colágeno que conforma la fascia y así eliminar su restricción. Se denomina Inducción Miofascial porque el fisioterapeuta facilita el proceso de liberación, no es el protagonista, la protagonista es la fascia. A veces el problema principal que presenta el paciente es una disfunción miofascial que solucionaremos con dichas técnicas. En otras ocasiones la Inducción miofascial será una técnica complementaria para el resto de nuestro tratamiento con técnicas manipulativas osteopáticas, punción seca, estiramientos.